La tortuga L. olivacea es bastante menos frecuente que Chelonia mydas en el Norte de Chile. Cuando se han avistado y a veces rescatado ejemplares de L.o. es frecuente que presenten problemas de flotabilidad positiva o boyantés, debido al exceso de aire al interior de su cuerpo, el que puede estar atrapado en el tracto digestivo o en el peor de los casos, esté atrapado en su cavidad torácica, sin comunicación hacia sus vías respiratorias. Esta boyantés imposibilita o dificulta la inmersión en busca de alimento y, con ello, las tortugas sufren de carencia o falta total de ingesta, deterioro fisiológico, deshidratación, disfunción del sistema inmunológico lo que incrementa su infectación. El caparazón queda a merced de epibiontes, le crecen algas, se incrementan las micosis (hongos) las que junto a invertebrados perforadores como Poliquetos, erosionan su superficie con pérdida osea que puede ser importante. El quedar flotando a la deriva incrementa la posibilidad de ser colisionadas por embarcaciones, sobretodo si el mar presenta un poco de oleaje, de tal modo que la tortuga flotante no se ve. en estos casos, las roturas de caparazón son frecuentes y una vez rescatadas, aún con vida, su recuperación es muy incierta.
Hemos tratado un buen número de estos casos, pero los intentos han sido insuficientes.
Las razones de la generación de exceso de aire o gases pueden ser varias, pero es un tema de investigación que podría ser abordado por los interesados en estos reptiles.
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